Siempre es un respiro hacer una pausa para mirar arte, para observar la técnica, las pinceladas, el color y, si acaso, interpretar el mensaje, que no podrá dejar de ser subjetivo, particular y único. Da igual lo que la artista haya sentido y querido transmitir, sólo sirve la mirada de quien lo ve, su observación y su reflexión (si la hay).
Siempre es un respiro desconectar del ruido que nos lo ocupa todo, dejarse llevar por el misterio y la magia de cada pincelada, tan diferentes todas y sin embargo con un lenguaje común, la búsqueda del feedback de quienes no conocen, a través del silencio y la quietud de la imagen. Y sin estar presentes hay entendimiento… hay comunicación.
¡Enhorabuena! A las ocho artistas que exponen. Acompaño el texto con unas fotos de los cuadros de Arancha Lanchares, maestra y amiga.
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